23 de agosto de 2013

EL MACHISMO QUE NOS RODEA




Como una verdadera pandemia, el machismo se expande por todas partes en los diferentes ámbitos de la vida. Sus  vestigios  a veces son palpables  y en otras ocasiones  son silencios, sin embargo esta doctrina  no es nada nueva, cientos años de historia humana nos demuestran la visón de una casta decadente que viven bajo principios caducos y desiguales.
Está de más explicar qué es el machismo, no obstante es importante entender  en todo los aspectos esta corriente del pensamiento: ´´ El machismo es una ideología que engloba el conjunto de actitudes, conductas, prácticas sociales y creencias destinadas a promover la negación de la mujer como sujeto indiferentemente de la cultura, tradición, folclore o contexto´´, pero el machismo no sólo es discriminatorio con las mujeres, sino que también con los hombres que son homosexuales o simplemente de quienes decidieron romper un esquema patriarcal.

El machismo se mueve de manera sigilosa por todas, no hay lugar en la tierra que la  que se esté libre de éste, sin embargo quienes, dicen estar en contra de esta doctrina  indirectamente forman parte de estas ideas.

Puedo decir que conozco dos tipos de machismo: el machismo violento y el machismo pasivo. El  violento  es el que a menudo  se conoce a través de los medios de comunicación, sobre  hombres que agredieron a sus esposas, violaron a su hija o ultrajaron el derecho de alguna adolescente;  y en el imaginario colectivo este individuo  es el que vive en el campo, quien es analfabeta y consume grandes cantidades de licor.
Pero esto es falso, porque en el ciudad y los grandes profesionales también son machistas, es a los que considero los machistas pasivos, quienes aunque  no agreden  a una mujer, son en cierta manera  cómplices  de la  destrucción de la vida de muchas mujeres, al invisibilizarlas  y ser tratadas  como objetos comerciales.

En  la familia, en la escuela  y entre los amigos, existen visiones que limiten el desarrollo integral de ambos seres  humanos pues las relaciones en la que se mueve la sociedad es una relación de poder, pero  para ejemplificar de mejor manera quiero compartir  una experiencia  personal.
Hace algunos días una muchacha de  20 años decidió  ´´irse´´ a como popularmente conocemos en Nicaragua y todos los de mi bario comentaban el hecho, que al parecer fue el breaking news. En  mi casa también fue el tema de conversación y recuerdo que mi padre  expresó que eso no era apropiado y  ´´qué barbaridad ahora ya las muchachas eran las que iban a cortejar a los hombres´´ a lo que inmediatamente  le respondí:¿cómo es posible que te impresione eso  y  no el hecho que ha dejado de estudiar?, ¡padre, usted es un machista¡. Esto fue el inicio de una acalorada discusión  entre dos hombres de edades  diferentes, quienes   ven el mundo de manera diferente.

  En el mundo de hoy la hipocresía masculina se basa en ideales que prácticamente, el hombre no practica, por ello los hombre debemos de tomar conciencia  de la importancia  de las mujeres en nuestras vidas, porque son: Madres, abuelas, tías, primas novias, esposas o hijas y entender que son  igualmente capaz de ejercer el mismo trabajo que un hombre en los diferentes campos, como el social, político y laboral.

Por ello si queremos una sociedad más justa no es necesario salir de nuestras casas, porque los grandes cambios inician con pequeñas acciones, por tanto con los cambios de actitud hacia  las mujeres, representará  el bienestar de la sociedad del mañana