28 de agosto de 2014

Tengo un sueño también

El 28 de agosto de 1963 Martín Luther King después  de finalizar la marcha   por el Trabajo y la Libertad pronunció uno de los discursos más emblemático contra  la discriminación racial.  “I have a dream” o tengo  un sueño  fue un discurso que sintetizaba la lucha del pastor por un mundo diferente en la que no existan  barreras que separen a hombres y mujeres por el color de su piel.

A pesar de los avances  por la lucha  en contra la discriminación racial en Estados Unidos aún existen  vestigios de este mal; entre los  logros más importantes fue escoger al primer afrodescendiente para el cargo de presidente de Estado Unidos: el demócrata Barack Obama, no obstante, cada vez  es más frecuente ver hechos que empañan  las luchas por una sociedad sin discriminación, el más reciente fue el asesinato del joven negro Michael Brown a manos de un policía blanco; su muerte ha puesto en el tapete  el tema de la discriminación racial en el siglo XXI, pero esto es tan sólo la punta del iceberg, como olvidar el caso del jugador brasileño Dani Alves a quien durante un juego le lanzaron un banana.

Por eso al cumplirse 51 años  de haberse pronunciado tan emblemático discurso es momento  de reflexionar sobre  las palabras que  aún tiene vigencia, no sólo en la segregación racial sino en las otras formas  de discriminación  como  la que se ejerce por pensar, actuar o vestir diferentes, porque al igual  que la diferencias racial, la religión, la cultura, la procedencia e incluso las preferencias de cualquier tipo   se convierten en una forma  de barrera social que impide las buenas relaciones sociales.

Para entender a plenitud este discurso es necesario comprender la relevancia de luchar  contra cualquier tipo de discriminación, así mismo es necesario ver hacia el pasadoy tener en cuenta  la importancia  por una sociedad más justa. A veces sólo aquellos quienes han sido ultrajados o ultrajadas pueden a cabalidad comprender a plenitud  las acciones de palabras tan maduras y coherentes como las de Martín Luther King.
Tengo un sueño no sólo es una frase que quedó  para la historia sino un emblema político  que marca  las luchas por la igualdad  y la justicia que a pesar del tiempo siguen teniendo vigencia  hoy más que nunca. En las riquezas  de la liberta en la que se hace alusión en el discurso, es el  derecho más importante  que cualquier hombre y mujer puede gozar. Ante su profunda convicción religiosa el pastor  expone a la segregación racial  como  un valle oscuro y a la justicia  como al soleado valle de la justicia , dos metáforas  que resumen  la visión de  dos valores que determina a una socialmente  deficiente como los era Estado Unidos durante los años 60’s .
Es relevante mencionar la posición moral que se asume ante esta lucha, la cual no es conflictiva sino   reconciliatoria en la que se promueven valores  como la justicia, la  libertad, el derecho y la lucha contra  cualquier tipo de violencia y retoma el ideal que “que todos los hombres somos iguales.” No olvidar  la historia es parte  de cualquier lucha, por ello  el orador no duda en  mencionar  a Mississipi, Alabama, Califronia del Sur, Georgea, Luisiana, estados que tiene impregnada  en su historia sangre  y que en algunos casos  aún  se reivindica ideales discriminatorios y racistas.

Pero  así, como no se puede  apagar un incendio con gasolina  es importante no dar u paso atrás contra cualquier forma de discriminación y  construir valores que permitan dar vida a una sociedad sin temor, y sin estereotipos, como es el caso de la desconfianza ante personas blancas o la brutalidad de la policía, o la desconfianza de la justicia.

Al igual que Martín Luther King, yo también tengo y deseo una sociedad más justa sin desigualdades en las que no haya un motivo para discriminar. En su visión esperaba que niños negros y niños blancos se pudieran dar  la mano con niñas negras y niñas blancas, y que  hijos de esclavos junto a hijos de ex dueños de esclavos  pudieran compartir  una mesa sin ningún problema.  Hoy  las cosas han cambiado y la sociedad marca nuevas pautas de visiones, y  lamentablemente la discriminación siguen siendo temas que persisten a través del tiempo y los territorios, ya sea en la consideradas países más desarrolladas o las naciones más pobres del planeta.

Espero que algún día mi sueño al igual  que el  de Martín Luther King pueda materializarse en una sociedad  en la que a pesar de las diferencias podamos vivir en armonía y sin brechas que nos dividan.

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