Las
fiestas nos encantan a todos, son
una especie de ritual en la que la sociedad converge para disfrutar, buscar, encontrar, perder y sobre todo
recordar con aquellos a los que consideramos dignos de nuestro círculo social, sin embargo las
fiesta a la que asistí ( de manera espiritual, por supuesto), fue una, en la que
la sangre servia de bebida, la violencia
de espectáculo la conspiración de chisme y un dictador como el gran anfitrión de la noche.
Mario Vargas Llosa es el causante de tan explendida
celebración, si se le puede llamar de este modo. La Fiesta del chivo fue
escrita en el año 2000, aunque parece
una novela histórica el escritor ha sido enfático en que es una novela y como
tal la ficción es la esencia
que envuelve la trama de ésta , no
obstante es valedero considerar
como las historias que se
nos cuenta hace meditar cómo los excesos de poder envuelve al hombre, por
otra parte, que tanto importa la vida
humana cuando está en peligro un cargo
de poder y por último hasta que punto se
pude llegar por conseguirlo.
Urania Cabral es
la protagonista principal de la novela, quien decide regresar
a su país
República Dominicana, pero específicamente a su cuidad natal Santo
Domingo, antes llamada cuidad Trujillo, sus motivos: visitar a su padre anciano y enfermo. Su llegada
es más que un simple viaje; todo Santo Domingo le recuerda a su niñez,
cuando el chivo era el todo
poderoso y su padre su
mano derecha. José Leónidas
Trujillo para Urania era más que un dictador que gobernó a su país por
31 años, además de lo despiadado,
cruel, corrupto y lívido que se nos
muestra en el libro, era un hombre de excesos, quien marcó la vida de una joven
para siempre.
Agustín
Cabral, padre de Urania, era llamado el
“cerebrito” , fue Presidente del Senado
y mano derecha del dicrador Trujillo, hasta
el día que por medio del
periódico se dio cuenta que había caído en desgracias, lo cual
lo llevo a un desefreno total por tratar de recuperar el afecto hasta el
extremo de ofrecerle a su hija como
ofrenda para saciar los institos carnales del “chivo”.
La
narración de la historia tiene
dos líneas una es la de Urania, quien abre su
pasado para retratarnos República Dominicana desde la óptica de una niña, quien nos describe
como era su entorno de lado donde Trujillo era alabado y amado, por
otro lado está el plan que
se quiere ejecutar para acabar con el dictador y dar así fin a la opresión
que sufre el pueblo dominicano.Indudablemente el premio Nobel no pudo escoger otro nombre mejor, La fiesta del Chivo.
El lector
sufrirá varios proceso al leer la novela al igual que cuando va una
fiesta muy temprano; primeramente el
ambiente narrativo es muy suave y no parece impresionar, luego el cambio
de tiempos y narración se asimila al cambio de parejas durante el baile y no se podía quedar por fuera el espectáculo y la bebida,
la violencia y la sangre
derramada de gente inocente son la combinación exacta, posteriormente se llega al punto culmen en la que que leer ya no es una actividad distractiva,
sino de placer, pero lamentablemente al igual que la fiesta y todo lo bueno que conlleva debe terminar. Un fin que no es
muy grato, mas así es la verdadera vida, porque ninguna dictadura en el mundo ofrece un camino a la solución y
peor para aquellos que tienen el valor de enfrentarla.
Esta
novela puede ayudar a explicarnos en cierto modo como fueron y son las
dictaduras, aunque en la actualidad todo es más estratégico, por ello una vuelta
al pasado nos ayudará a entender el vicio del poder. Una novela única que impregna sentimientos encontrados para el lector que es político activo y más
aún si éste se identifica con la
derecha o izquierda y en conjunto
con el protagonismo y la influencia del
personaje que hace muchas décadas acecha a nuestra pobre Latinoamerica: Estados
Unidos.
Excepcional
así describo esta forma de arte escrita
que enjuga lo más profundo del ser
humano como es la sed por la libertad
y la cicatrices que la
historia marca en la piel y que
son imborrables, por ello amigo y amiga lectora te invito a que leas la novela.