Probablemente
si el dinero creciera en los
árboles los gobiernos de todo el mundo se preocuparían más por cubrir el planeta con el verde de los billetes y no
con el gris que producen a diarios los autos y las fábricas; aunque está
metáfora es absurda por ser sacado de
un personaje de dibujos animados, Mac Pato, no deja de tener relevancia en la actualidad.
Cada vez más
nuestro mundo nos grita que hagamos
por cambiar el desastroso
futuro hacia el cual nos dirigimos, la
destrucción total. El verde tanto para las antiguas civilizaciones representaba un gran valor,
para las tribus de América el
verde significa vida, futuro armonía
respeto y unión, en cambio el verde de las sociedades modernas de
América y del mundo representan ambición, poder, destrucción y “desarrollo”.
El desarrollo es una palabra que
generalmente todos usamos para referirnos al cambio de una nación, pero que en realidad
pedimos es la destrucción de ecosistemas de vida silvestre, cuantos bosques, montes y hábitat naturales hemos
sacrificados en nombre de tal progreso
que no hace más que encerrarnos hacia
una sociedad de “idiotas de urbe”’,
los centros comerciales, cines y clubs
nos entretienen pero ¿a qué costo?, podrimos comparar
una hora de un insípido concreto pintado con colores llamativo a la
grandeza de la belleza natural.
A veces al hablar de este tipo de temas hace que en las personas nazca un espíritu
patriótico y de inmediato levanta la bandera
de su país, yo en cambio la
rechazo y no porque no ame mi país, sino
porque no quiero ser inescrupuloso como
los que están involucrados en el conflicto entre Nicaragua y costa Rica por el Río San Juan; no es el medio ambiente quien los mueve más bien, el hecho de disputar un terreno codiciado
desde hace tiempo.
Por ello no levanto
otra bandera que no sea la verde, pero no
la de un partido político, o la del maldito dólar, sino el verde de la naturaleza que nos rodea y la que en tiempo primitivo nos vistió; de esa manera no existirá fronteras que nos obligue
a defender sólo una parte de
nuestro bello planeta en cambio todo el mundo. El hogar
en el que todos convivimos y
que casi nunca nos importa lo que ocurre,
podríamos aprender mucho de las tribus
indígenas de Perú, Colombia, Guatemala, México, quienes no temen
luchar por defender su hogar.
Las garras del falso progreso no los han logrado envolver en su trampa mediáticas, que a
medida los tilda de ignorantes e incivilizados, pero son valientes porque prefieren vivir en la armonía
que no produce ni el verdor del dólar, ni los grandes
edificios, o los centros recreativos.
Luchar por la madre
tierra requiere que todos
luchemos constantemente y que no
declinemos jamás, es indispensable que
hallan personas que quieran un futuro
para sus hijos e hijas y no sólo porque conseguiste un puesto en el gobierno o en una
ONG sobre medio ambiente tendrás que defenderlo por puro compromiso,
por un “pinche salario’’ que no beneficia en nada a la lucha por un planta mejor.
Las riquezas naturales son muchas y todos tenemos derechos a ellas
no son de nadie y son de todos a la vez es obligación del ser humano cuidarlo porque
es el único recurso del que dependemos para subsistir, de lo contrario, el fin
que tanto atemoriza a las personas estará más cerca que nunca.
Que importante es que pensemos siempre en la naturaleza y dejemos atrás cualquier
perjuicio y nos solidaricemos con los
problemas del mundo, por ello debemos
sentirnos uno con el universo y lo que le ocurra al universo nos está ocurriendo a nosotros, porque todos
somos parte del amazonas quien se ve
asechados por depredadores que talan
y cazan la vida silvestre que allí habita, o el bosque de Paraguay el cual ya ha perdido el 10% de sus áreas verdes a causa de la expansión de actividades
agrícolas y ganaderas; parte de
Río San Juan quién está sufriendo los estragos del desarrollo suicidio, que poco a poco cala en el interior de 2 sociedades que no han
aprendido el valor de la naturaleza; dos
ideas que se encierran en la obstinación
y el populismo mediático de un conflicto que pudo haber terminado hace bastante
tiempo si realmente se pensara en el medio ambiente y no gobiernos absurdos e ideas de nacionalismo vil.